Anochece y llueve, la lluvia arrastra olor a tiempos remotos, a historias antiguas bajo el naranjo en flor, a almas desbordadas, resueltas.
Se forman las grietas de recuerdos, hundidas entre los charcos de la memoria, rescatando instantes que reposan olvidados, yacen entre las espumas que se remolcan, mientras la vida tiene prisa.
Corren las aguas de la vida, buscando una salida, se llevan las piedras dolorosas del camino, cae la lluvia y con ellas arrastra pedacitos de historias, historias detenidas y que otrora fueron vidas.
Se deslizan las gotas de lluvia sobre las hojas del naranjo, limpiando penas, buscando un arcoíris.
Lluvia que lavas la noche, ensopando las vidas, y te las llevas dibujadas en tus gotas, como una ilusión del ayer, mientras duerme el arcoíris.
Y es en el correr de la lluvia, que se asoman las esperanzas, reverdecen, se hidratan en cada suspiro de la vida.
Es en la noche lavada que el aire se vuelve melodía y con cada acorde nos desviste el pecho, nos desnuda el alma, nos abraza el cuerpo de apapachos mojados en brisas de ternura, corazones limpios del dolor…
…lluvia que adornas la penumbra de anhelos y esperanzas, la envuelves en fragancias, eres la música que cura… lluvia, cantar de abundancia, sonido que cubre la sequía, abrazándola de amor.
Poema escrito junto a Gaby Gutiérrez @Gabriel70792469 una talentosa mujer, una escritora humilde, gracias amiga por compartir tus letras conmigo.