«LA TERNURA » La ternura es eso que…Vitaliza al viejo…Duerme al niño…y ¡Desarma al hombre!…Andrés y Marina Vivian con Marquitos, su pequeño de 7 años, estaban felices y disfrutaban de su linda casa, pasaban los domingos en casa de los padres de Andrés, a varios KM de su casa, allí disfrutaban del sabroso almuerzo preparado por la abuela y de los cuentos e historias del abuelo…
Pero un día todo cambió, la madre de Andrés falleció de repente y las cosas ya no fueron como antes, el abuelo enfermó de tristeza pues él y la abuela llevaban muchos años juntos.
Andrés tuvo que llevarlo a su casa, porque estando solo, no se alimentaba bien, ya en casa el abuelo al estar con su nieto se animó, estaba más feliz, hasta ayudaba en algunas tareas del hogar, iba al supermercado, paseaban él y Marquitos al perro, pero pasado el tiempo su salud comenzó a deteriorarse un poco.
A la hora de comer le temblaban las manos y derramaba sobre el mantel la comida, como su dentadura era postiza y se le había aflojado un poco, sorbía los alimentos haciendo algo de ruido y todo ello molestaba un poco a Andrés y Marina que decidieron llevarlo a un asilo para ellos estar más tranquilos.
Marquitos estaba muy triste por la partida del abuelo, él lo amaba mucho y no quería que se lo llevaran, pero la decisión estaba tomada y llegó el triste día…
El abuelo caminaba despacio, apoyado en su bastón, e intentaba ocultar las lágrimas que corrían por su rostro. Andrés arranco el carro y salió presuroso, todos iban en silencio, solo Marquitos miraba atento todas las calles y anotaba algo en su cuaderno.
Al llegar al asilo Andrés le dice a Marquitos –Por favor espera aquí hasta que ubiquemos al abuelo en su habitación, Marquitos lo mira y le dice –Pero yo necesito anotar todo…El padre le pregunta ¿Y qué es eso que has escrito todo el camino? Marquitos mirándolo serio le dice –Es que no quiero olvidar la dirección para cuando yo sea grande y tú y mamá viejitos pueda venir a traerlos…
Andrés y Marina se miraron y con lágrimas en los ojos abrazaron a Marquitos y al abuelo y les dijeron vámonos a casa…durante todo el camino Marquitos no dejó de sonreír y abrazar a su abuelito…
Moraleja: la vida es un eco, suele regresarnos lo que le enviamos… si te gustó compártelo para ayudar a más personas a reflexionar…
Los abuelos entienden y se gozan con la inocencia de los niños, los comprenden muy bien, y los niños proporcionan a los abuelos el cariño que necesitan al hacerse mayores, del mismo modo que los niños reciben el cariño que necesitan de los abuelos. Así, los abuelos, cuando los hay, pueden contribuir a un mejor equilibrio de la familia, un equilibrio intergeneracional que es bueno y saludable. Los abuelos y los nietos, se necesitan entre sí, porque son muy complementarios. Está en la naturaleza de las personas.
El niño necesita, para su sano desarrollo, el trato con los abuelos. El derecho ampara a los abuelos para poder ver periódicamente a sus nietos, especialmente cuando hay casos de separación o divorcio de los padres.