Pareja vende todo para vivir en un bote y terminan naufragando
Amanece, miro por la ventana, es una la mañana soleada, sopla un ligero aire tibio y agradable que mueve las hojas de las plantas en mi jardín.
El olor del café inunda la estancia y me hace sonreír de placer. Es algo que disfruto mucho.
Alguien llama a mi puerta, abro y ahí está Doña Fina. Es mi vecina que siempre anda husmeando en las cosas que suceden en el barrio, y también en lo que se publica en los periódicos.
Doña Fina me pregunta con una expresión de misterio – ¿Viste lo que le acaba de pasar a esta pareja?
Le respondo -no, pero pasa para que tomes café y me cuentes.
Fina entra, se sienta, le sirvo una humeante taza de café.
Comienza a contarme: Mija mira que hicieron; Lo vendieron todo para navegar alrededor del mundo: al segundo día, naufragaron…
Ellos se llaman Tanner Broadwell y Nikki Walsh decidieron hace dos años que necesitaban un cambio de vida.
«¿Cómo es posible vivir trabajando sólo para pagar las cuentas?
Todo el esfuerzo se destina a mantener el hogar, tiene que haber otra manera»
Le cuestionó la mujer de 24 años, vendedora de paquetes de tiempo compartido, a su novio de 26, conductor de Uber
Motivados a liderar un cambio radical en sus vidas, decidieron vender todos sus bienes materiales. Vendieron sus muebles y una camioneta SUV.
Acumulado el dinero necesario, fueron adelante con la compra de un velero usado de 28 pies de casi medio siglo de vida, proveniente de Alabama.
Tarpon Springs, un pueblo en la costa del Golfo de la Florida, se convertiría en su nuevo domicilio, donde vivirían por meses en una marina local con la embarcación como su flamante hogar.
La bautizaron «Lagniappe»… La pareja se aprovisionó de todos los víveres necesarios para poder encarar el horizonte infinito junto a su Pug Carlino de dos años de edad.
Enlatados, agua mineral y alimento para perros eran solo algunos de los productos incluidos en el listado de «indispensables» para el osado trío.
Decidieron navegar hacia el sur el primer día, pero su poca experiencia los hizo encallar a solo 30 millas.
Quedaron varados cerca de la playa de Maderira, no les sirvió el GPS ni las cartas de navegación, todo se les volvió un desastre y perdieron el esfuerzo y trabajo de toda una vida empeñados en lograr un sueño.
Aun así, dicen: «Tenemos a nuestra familia que nos ayuda, pero se hace difícil dado que los hemos perdido todo» aseguró Walsh al Post.
Él se mantiene optimista gracias a los mensajes de aliento que recibió la pareja desde el naufragio.
«El dinero no es todo» concluyó la mujer, confiada en que en un futuro cercano podrán comprar otro bote y con él, concretar el sueño de sus vidas.
«El bote se hundió, pero nuestros sueños no”
…es verdad que no lo es todo, más siempre digo un antiguo proverbio de mi padre
¨No hay que vender la piel del oso antes de cazarlo¨
Pareja vende todo para vivir en un bote y terminan naufragando, sueño convertido en pesadilla
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