Richard y Martha con su hijo pequeño viajaban de noche por una carretera prácticamente abandonada que servía de atajo para cruzar la montaña, sus continuas curvas, la estrechez de la calzada y la espesa niebla que cubría todo el trayecto hacía que aventurarse por ese camino al filo del abismo fuera realmente peligroso. Pero estaban apurados por regresar a casa. Volvían de sus vacaciones.
De improviso una mujer con la ropa ensangrentada se cruzó en la carretera obligando al padre de familia a frenar en seco, tras el susto el señor bajó del coche con la intención de ayudar a la mujer que muy alterada y llorando les explicó que había tenido un accidente y su coche había caído por el barranco.
La mujer le rogó que la ayudara ya que su bebé aún se encontraba en el vehículo atrapado entre unos hierros y ella era incapaz de sacarle de allí por si sola. La caída era de varias decenas de metros y aunque el coche había destruido parte de la vegetación, mientras rodaba montaña abajo, de no haberle avisado la mujer muy probablemente nadie hubiese encontrado al bebé nunca, mucho menos con esa niebla que impedía ver a más de dos metros. El señor guiado por el llanto del niño consiguió llegar hasta el lugar del accidente.
Al rato subió muy nervioso y pálido con el bebé en brazos y le preguntó a su esposa dónde estaba la mujer. Esta le respondió que se había sentado en una piedra grande que había al lado de la carretera. Su hijo y ella se entretuvieron unos momentos mientras trataban de buscar señal para llamar a los equipos de emergencia, pero cuando miraron ya no estaba.
Entonces el hombre se metió rápidamente en el coche con el bebé y le dijo a su mujer e hijo que hicieran lo mismo. Arrancó el coche y se fueron. Su mujer, muy asustada, le preguntó que por qué se iba con el bebé sin buscar antes a la mujer. El marido le dijo que se tranquilizara y que cuando llegaran al centro médico le contaría.
Cuando llegaron a la entrada del hospital, Richard y su esposa bajan del auto con él bebe en brazos, y lo llevan a emergencias…caminan de prisa tratando de no moverlo demasiado, rápidamente se acercan a ellos varios médicos acompañados de un hombre de aspecto muy preocupado. Ponen al pequeño en una camilla y comienzan su revisión.
El hombre les pregunta – ¿y mi esposa? ¿Dónde está? Me acaba de llamar para avisar del accidente y decirme que unas personas los habían ayudado y los traían hacia acá –Martha mira nerviosa a Richard, no sabe cómo decirle a aquel esposo desesperado que la abandonaron allá sola en medio de aquel horrible lugar.
La mujer le pide explicaciones al marido…Dile a este señor porque dejaste a su esposa allá tirada…Richard con una mueca de tristeza le preguntó – señor ¿A qué hora lo llamó su esposa? Desesperado el hombre le dice – Hará unos 25 minutos… Muy pálido Richard le dijo que cuando bajó y encontró el vehículo accidentado vio una mujer en el asiento del conductor, y al revisarla vio que era la misma que los había detenido y ella estaba muerta…