Como brisa errante
vagamos en un jardín sin primaveras,
náufragos en las distancias que nos habitan
y nos poseen, en ellas nos mecemos,
acariciados por lunas antiguas y soles cansados,
dormitamos entre despertares tímidos…
…somos los dueños favoritos
de sombrías tormentas,
siempre queriendo bailar con las nubes,
pero el mundo aún no despierta
con el sollozo de la mandolina.
Maricel 19/11/2018