Alguien llama, despierto sobresaltada, miro el reloj, 3.10 de la madrugada ¿a estas horas? me pongo la bata y salgo cerrando la puerta del cuarto, para no despertar a mi esposo, me acerco a la entrada, pregunto ¿Quién es? oigo un lamento…
–No, no abras por favor, solo escucha…me quedo paralizada, es la voz de Loli, la esposa de mi primo, intento abrir la puerta, pero está trabada, siento que murmuran, no entiendo lo que hablan y esta puerta que no se abre…
Me asomo por el visillo de la ventana y la veo allí, está empapada, toda mojada y muy pálida, pero no logro ver a nadie más, espera Loli deja buscar con que destrabar la puerta ¿con quién hablas? pregunto…
–Estoy con Robert, no abras la puerta solo escucha por favor, recoge las cosas que se nos quedaron en el fondo de la poceta, y dile al Dani que lo siento, que me perdone, que yo ya lo perdoné.
Mi cabeza gira vertiginosamente, no logro pensar y esta puerta que no se abre, tiro con fuerza de la manija, la sacudo.
–Oye, oye que me arrancas el brazo, dice mi esposo sacudiéndome suavemente ¿tienes la pesadilla otra vez?
Abro los ojos, estoy aferrando con fuerza su brazo, me siento confundida, es solo un sueño, pero todo fue tan real.
–Ya descansa, me dice con voz pausada, y se da la vuelta para seguir durmiendo…
Me levanto despacio, me preparo una taza de tila en la cocina, la gata se me enrosca en las piernas, todo está en penumbras.
En la sala, una ráfaga de viento mueve las cortinas, me acerco para cerrarlas bien, pero están herméticas ¿por dónde entraría esa ráfaga de aire?
Llamo a mi gata Luna, ¿Dónde se metió? la veo entrar por la puerta y doy un respingo, cautelosa me acerco a la puerta, ¿se quedaría abierta? No, no, estoy segura que la dejé cerrada, siempre reviso todo antes de dormir, ya es rutina, si no… ¿Se me habrá pasado con todo el terrible asunto?
Con cuidado me asomo, la luz del frente alumbra todo, me agacho para recoger a Luna y veo mucha agua en la entrada, ¿y esta agua de dónde saldría? no ha llovido, y hace mucho viento, siento algo rozar mi brazo y se me eriza toda la piel, recojo a la gata y entro cerrando de un tirón la puerta.
Al darme la vuelta veo a alguien sentado en mi sillón, doy un grito ¿quién eres, que quieres?
–Amor, amor, ¿qué dices? ¿qué hacías afuera? mi esposo, que llega desde el cuarto, me abraza y mira la butaca…
–Allí no hay nadie, ven volvamos a la cama…me suelto de sus brazos y me acerco al sillón, tengo toda la piel erizada, lo palpo y parece húmedo…
Ven toca para ver si sientes mojado el almohadón, le digo…
–Mi esposo condescendiente se acerca y lo toca, me mira sonriendo.
–Solo está frío por la humedad de la madrugada, ven vamos. Me dice, rodeando con el brazo mis hombros y me conduce hasta la cama.
Me envuelvo en la colcha y trato de no pensar, me voy quedando dormida, siento como que algo roza mis pies y doy un brinco, enciendo mi lámpara, veo a Luna sentada a los pies de la cama, me tranquilizo algo, pero ya no logro dormir y me levanto a escribir.
Son las 4.15 AM, ahh que temprano, hoy pareceré un panda con las ojeras, me sorprendo hablando sola.
Me preparo café y me acomodo en mi rincón para escribir, todo está en penumbras…no sé tengo la sensación de que me observan, y extrañamente hace frío en esta época, ¿o seré yo?
La gata está haciendo sonidos raros, me acerco a ella, está sobre el sillón, lo olfatea y le da vueltas, está actuando raro, por lo general es muy tranquila y obediente.
Todo este asunto de la muerte de mi primo me tiene alterada, viajar al pueblo, ver a mis tías y primas…Dios mío ¿Cómo pudo pasar esto?
No logro escribir nada y salgo al jardín, veo a mi vecina, la saludo con la mano, ella se acerca y pregunta:
–¿Y esa agua en tu entrada? ¿baldeaste anoche? –No, no, le respondo, no sé de donde salió, pero es mucha, se encharcó ahí.
Mi esposo me llama –Mija ¿te vas conmigo al pueblo o vas más tarde? Espera que voy contigo.
Llegamos al pueblo sobre las 9.00, hay mucha gente entrando y saliendo en casa de mi tía, el olor a gardenias me envuelve, y arrastra al pasado, a los juegos, alegrías y también tristezas que viví allí con mis primos y mis hermanos, sacudo la cabeza apartando los recuerdos.
Mi tía está recostada en su cama, está pálida y demacrada, la abrazo y mi corazón se encoge de dolor, ella huele a jabón, a lavanda, a cosas buenas ¿cómo puede pasarle algo tan horrible a alguien tan dulce y noble como ella? y todavía no sabe lo peor, pienso, y recuerdo la pasada pesadilla con Loli, en la madrugada.
Mi esposo me llama, está hablando con su amigo policía.
–Hay algo terrible que tenemos que decirte.
…ya se lo que me van a decir, les digo, mi esposo y su amigo me miran dubitativos mi esposo dice:
–No, no lo creo
Yo los miro y les digo ¿acaso están los cadáveres de Loli y Robert en la poceta en el río?
–¿Y cómo lo supiste? Me dice el policía
–Acabamos de encontrarlos, aquí nadie lo sabe todavía.
La pesadilla, le digo, fue la pesadilla.
La pesadilla fue tan vivida, el sudor me empapa, con el frio que hace…