A veces cuando yo escribo mis manos se mueven solas,
pienso en una palabra y en el papel pongo otra.
De cierto que yo no sé lo que con mis manos pasa
a veces escriben cosas, palabras y más palabras.
¿Será que mis manos y la mente se entienden a mis espaldas
hablando algún idioma que mi razón no alcanza?
Mi mente me dice observa ¿vez la rana en la ventana?
está cuidando esa rosa que nació por la mañana,
de ella está enamorada y la mira hipnotizada,
y aquel sinsonte que canta posado en aquella rama
pasa sus días tristes suspirando por la rana.
Me cuenta que mi gallina del perro está enamorada
que la vaca del vecino es muy vaga y descarada
que mi laurel tan hermoso se ha vuelto muy vanidoso
que mis claveles y jazmines conversan con querubines
que mi gata blanca sueña convertirse en una nube
para atrapar las estrellas y traerlas para ella…
que el tiempo se siente el amo de todos nuestros espacios,
que el hombre es como un gigante atrapado en un instante.
Mi mente me dice cosas que la verdad yo no entiendo
pero mis manos van solas y las siguen escribiendo.