La cara de la tristeza he visto de cerca,
su aliento amargo
me recorre todo el cuerpo,
erizándome de temor la piel,
adueñándose de mí,
arrebatándome de mi,
arañándome el espíritu
enterrado sus garras en mi alma
profundamente con rencor,
como una hidra se arrastra, oscura,
trata de mirarse en mis ojos,
le temo, pero los abro bien y la miro,
se sorprende y se enredan sus tentáculos,
ella misma devora sus cabezas…
…me libera.
Maricel 07/11/2018