Estamos vivos,
pero ajenos a vivir,
nuestros ojos perdidos
sembrados de distancias,
dormitamos en un limbo desértico
donde padecemos ausencias,
y solo blanco o negro
son matices admitidos…
¿Por qué no podemos
mezclarlos y hacer grises?
caminamos en opuestos,
con el ardor de la devoción latiendo
runruneando, quemando el pecho,
alumbrándonos sin luz,
viajamos por los umbrales más íntimos
y en ese espacio sutil nos abrazamos
a nosotros, replegados en nosotros,
vagando a solas, intangibles…
Maricel 03/06/2018