A veces la brisa
me eriza el silencio
y la piel tiembla
acuciada por recuerdos
de otras brisas
que besaban…
A veces alucino que
el viento me devuelve
lo que ayer perdí.
Doblada sobre mí misma
como árbol al borde del
precipicio,
mis raíces expuestas
intentando horadar
suelos ajenos.
Una nube me susurra
de su pasajero existir,
su atávico olor a mar
me envuelve;
me voy con ella…
Maricel 12/09/2019