Se escucha un clamor en la brisa
es la voz del miedo atrapado,
un miedo a nunca ser libres
es un miedo agarrotado por muchos años.
Le gritaba bajito,
pero no me escuchaba,
sus paredes demasiado gruesas
ya tenían sus propios susurros,
y mi voz se fue apagando,
se fue escondiendo en un verso;
un verso prendido a mis labios,
encendiendo el sabor del suplicio,
disculpando el dolor de un adiós.
El sigilo congeló las palabras en el pecho,
es difícil entibiarlas,
descongelar todo ese terror
acumulado durante tanto tiempo;
Mi gente sufre, sufrimos tantas cosas,
tantas carencias mordidas en el alma;
Y cuando dejamos nuestra tierra,
nos vamos felices pensando ¨al fin ya somos libres¨
pero les confieso que en mi caso
y me atrevo a decir que en el de casi todos tus hijos
estamos encadenados a ti, Cuba.
Se escucha un clamor en la Brisa, un clamor que crece;
los cubanos estamos marcados por un sino de tristeza,
de falta de ti mi bella isla cautiva…