Cuando estudio, leo y escribo poesía japonesa es como si habitara en otra dimensión de mi alma, me quedo ahí como en un mar de calma infinita, es mágico, cada verso surge como una caricia.
Descubrir este tipo de poesía me ha hecho ver las cosas desde otras perspectivas, bañadas con una luz de absoluta calma, es como si algún velo cayera y te permitiera ver la belleza en cada cosa creada.
Siempre he disfrutado la naturaleza, siempre miraba todo, pero la diferencia es que ahora veo todo, cada flor, cada gota de rocío, la niebla, las mariposas con sus aleteos gráciles, ahora que aprendí a ver cada detalle…la serenidad anidó en mi vida y comence a fluir con la calma que anida en la belleza de cada cosa…solo soy Gakusei (aprendiz) en la escuela del Haijín.
Aquí les dejo unos versos:
Haiku:
Las aguas grises
llegan hasta la orilla.
Es primavera.
Hokku
Olas azules
acarician la arena
llega el verano.
Senryu
Siento el silencio
de las almas que habitan
el bello ocaso.
Müki
Amanecer
apacible en el lago.
Flores en rojo.
Tanka
Lluvia tardía
acaricia el jardín
moja sus rosas,
como esos versos suaves
que humedecen el alma.