No me pises el silencio,
no despiertes los recuerdos
que reposan olvidados
en los pliegues de mi boca
amasados por el tiempo…
Déjame estar así quieta
que mis lunas yacen rotas,
olvidadas en la niebla
que devora lo que toca.
No me pises el silencio,
déjalo atado a mis ojos
y a las piedras del camino,
en él se escudan las ganas
de desafiar los designios
que arrastra nuestro destino.
No me pises el silencio
sin él me siento desnuda,
déjalo que es mi muralla,
mi guardián de mil batallas.
Maricel 12/11/2018